Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre...
Todos hemos sido educados en la ideología de que siempre nos falta
algo para estar completos, y que sólo seremos felices, cuando logremos
completarnos. Nos enseñaron que la felicidad debe esperar a completar lo
que falta. Y como siempre nos falta algo, nunca podremos gozar de la
vida.
Pero, ¿qué pasaría si esas noventa y nueve monedas fueran el
cien por ciento del tesoro? Pues noventa y nueve, no es menos redondo
que cien. Por tanto, debemos disfrutar de nuestros tesoros, tal como
están.
Mola el cuento eh? Hola carapanes! =) llevaba tiempo intentando publicar, bueno publicaba pero blogger me troleaba :(, tenia 5 entradas de borrador, he borrado 3 pues ya tienen poco sentido, además FireFox me esta dando por saquillo demasiado ultimamente, así que después de un largo camino de transición... (antes usaba ie) ahora comienzo mi éxodo al chrome!
Puff y que os puedo contar que no sepáis.. mmm ... a ver... a ver... pues que he empezado a hacer jogging! (si alguien se apunta que me avise!!) que flipante no? pues con las agujetas si que se flipa jaja además mi pelo ha pasado de modo on a modo off y he cesado temporalmente de hacer algunas cosillas que requerían de mi tiempo en demasía.
"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."
Hasta otra señores, nos vemos por la Uni con algo de suerte, quiero veros eh! nada de escaquearse y dormir ;p
PD: he cambiado un poco la vista de mi blog, me encantan las mandarinas jajaja
PD: he cambiado un poco la vista de mi blog, me encantan las mandarinas jajaja
No hay comentarios:
Publicar un comentario